martes, 9 de febrero de 2016

Historia del Santo Entierro

 La historia del Santo Entierro, llamado popularmente Santo Sepulcro, está marcada en la Semana Santa ribereña, por una mescolanza difícil de describir, en la memoria de generaciones de ribereños cuando se recurre a la historia popular.

Es este Paso en el que se refugiaban las gentes más humildes como a continuación se irá desvelando.

La Cofradía cuenta con una imagen de Jesús en el Sepulcro desde después de la Guerra Civil. Sobre la anterior, Miguel, un ribereño octogenario muy apegado a las costumbres religiosas del pueblo, recuerda que le decía D. Miguel Puerta –quien fue médico y primer Cronista Oficial de Aranjuez–, que era una verdadera obra de arte, una talla muy perfecta, ya que reflejaba el dolor y el sufrimiento de Cristo ante su muerte.

Esta talla fue destruida en lo que antes era una especie de rotonda a la entrada del Real Convento de San Pascual en la misma puerta del templo, donde daba comienzo el desaparecido Vía Crucis, una sucesión de cruces que llegaba hasta la altura de la calle Calvario.

 « No sé cómo lo rompería la gente, cuando pesaba mucho. Le sacaba la gente obrera y lo movían muy bien; y a la Virgen de las Angustias lo mismo. Yo no concibo todavía eso. ¡Lo bien que la bailaban! >>.

Los destrozos realizados durante la guerra a los Pasos y tallas, según Miguel, no fueron llevados a cabo por gentes venidas de fuera.

«Por ejemplo las de San Pascual, que eran tallas –las otras no lo eran– no valían nada. Si no hacen el
cuartel general los milicianos y pasan ahí [en San Pascual] se hubiera guardado todo. Pero como se metieron los milicianos y gente de Aranjuez, pues hala.

 La Oración del Huerto y Jesús en la flagelación, los rompieron y los quemaron enfrente del portal de la «Tía Tragabalas» en la calle del Rey.

Una señora mayor que vive todavía –tiene noventa y tantos años– me contó que ella presenció como una vecina cogió una alita y un piececito de un angelito y decía que iba a encender la lumbre con el ala de un angelito. Fue gente de Aranjuez pero con milicianos.

El Sepulcro pesaba mucho, y en la puerta de San Pascual había una rotonda, ahí le rompieron y le hicieron añicos. Y la otra también, la de la Virgen [del Tránsito], las dos urnas».

Las fuentes oficiales recogen los siguientes datos que revelan con más claridad el  alcance de aquellos daños efectuados el 12 de noviembre de 1936.

«En la noche del día 12 del actual y por las milicias allí alojadas en el Convento de San Pascual, fue destruido un paso representando un Cristo en posición horizontal que, con otro paso figurando una Virgen, se encontraban en el coro de la iglesia de dicho Convento; siendo despojada de las pulseras y roto el collar que adornaba esta última imagen, lo mismo que las urnas de ambas. Asimismo, fue rasgado el lienzo de un cuadro colocado en una de las escaleras interiores del mencionado edificio, sin que los Carabineros de servicio en el mismo hayan podido evitarlo».

Según Sor Anunciación, religiosa de clausura del Real Convento de San Pascual, pasada la Guerra Civil, al habilitarse el Convento como prisión para penados de la contienda, muchos de los presos que estaban allí internos, por su habilidad en artes como la ebanistería, reconstruyeron con los restos que quedaron de las urnas de la Virgen del Tránsito y del Santo Sepulcro destruidas, la actual urna de Jesús yacente. Además de pintar numerosos murales que aún existen en el techo del templo.

Extraído del libro "Una Historia de Pasión" - José Luis Lindo - 2004


José Luis Lindo Martínez

Cronista Oficial de Aranjuez

El Rincón del Cronista



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