miércoles, 20 de noviembre de 2019

CORRUPSOE


Ya es oficial y probado: el PSOE es el partido más corrupto de la historia de Europa tras la sentencia del caso de los EREs andaluces.

¿Y ahora qué? Ahora nada. Sánchez e Iglesias, adalides en otro tiempo de la transparencia y de la lucha contra la corrupción, viajaran a la cárcel de Lledoners en breve para intentar convencer al golpista Junqueras de que bendiga el nuevo gobierno comunista. Entre golfos anda el juego y aquí paz y después gloria. A quién Dios se la de, San Pedro se la bendiga.

Llama la atención de la sentencia de los EREs que ni una sola filtración a la prensa se haya producido, máxime cuando la sentencia estaba escrita hace un mes y sólo un problema informático (¡oh, casualidad!) impidió que los españoles conociésemos las vergüenzas sociatas justo antes de ir a votar. ¿Hubiese cambiado el escenario electoral con esta sentencia encima de la mesa? ¿Hubiese perdido Pedro Sánchez algunos diputados de haberse sabido que su partido era el artífice de un entramado corrupto que se gastaba el dinero de los parados andaluces en sus cositas? Nunca lo sabremos.

Si tuvo mérito la victoria de la derecha en Andalucía tras 40 años de reinado socialista fue precisamente porque el PSOE andaluz había tejido una red de corrupción con la que compraba voluntades a cambio de peonadas, paguitas, ayudas, subsidios, salarios, favores, etc. Una tela de araña que repartió, que se haya podido probar, casi 700 millones de euros entre muchos.
A diferencia del clan de los Pujol, que robaron a espuertas a los catalanes, en vez de lucrarse la élite, en Andalucía se ejercía la corrupción al pormenor y aunque todos lo sabían, todos callaban.

Llama poderosamente la atención que los mayores casos de corrupción que han azotado España provienen de las comunidades autónomas y sería interesante plantearnos el por qué. EREs andaluces, Gurtel y Púnica en Valencia y Madrid, Caso Pujol y 3 por ciento en Cataluña y un largo etcétera nos dan la pista de que las Autonomías y su gestión son un pozo negro sin fondo del que es fácil que un partido o descuideros de medio pelo consigan sacar rédito económico. El control presupuestario sobre las 17 autonomías españolas debería ejercerse con mayor intensidad.

Volviendo a Andalucía, es una burla absoluta que la región de España con más paro estructural junto a Extremadura, ambas socialistas por tradición, se gastase el dinero que supuestamente debía ayudar a personas sin trabajo en putas y cocaína, en saraos sindicales y en estómagos agradecidos.
Como ejemplo destacable, recordemos a aquel sindicalista, el camarada Lanzas, del que su madre decía cuando le detuvo la Guardia Civil: “Mi hijo tiene dinero pa´ asar una vaca” y efectivamente lo tenía. La amable señora de su hijo a la semana la nada desdeñable cifra de 20.000 euros. Dinero que él trincaba gracias a la trama andaluza que ayer se juzgó.

Pero no todo está perdido. Hay cosas que en España funcionan todavía. Es el caso de una juez heroica, Mercedes Alaya, que pese a las presiones del PSOE, al boicoteo sistemático de la Junta de Susana Díaz y a las calumnias, consiguió instruir un caso que ha sentado en el banquillo a 2 presidentes socialistas y a más de 500 altos cargos pringados hasta el corvejón.
Personas como ella, o como el juez Llarena, hacen que algunos aún creamos en la Justicia Española.

Por eso se hace necesario, como elemento regenerador, recuperar la independencia judicial prostituida desde 1985. Ese año, otro socialista andaluz, otro cuyo hermano fue condenado por fraude fiscal, Alfonso Guerra, declaró que gracias a la reforma de la Ley del Poder Judicial que su partido acaba de promulgar, Montesquieu había muerto y la independencia de los jueces con él. Y lamentablemente llevaba razón.

Pero miremos al futuro... si la Moción de Censura de Mariano Rajoy se produjo, según Sánchez e Iglesias, porque el PP era un partido corrupto que no podía seguir ni un minuto más en la Moncloa, ambos líderes deberían tentarse la ropa antes de formar gobierno tras esta sentencia si no quieren quedar moralmente desacreditados para hablar a los demás de limpieza democrática y lucha contra la corrupción política.

Claro está que Sánchez, tahúr profesional, hará de la necesidad virtud y apuntará con el dedo a Susana Díaz, su enemiga íntima, forzándola de una vez a dimitir de sus responsabilidades al frente del PSOE andaluz. Suena como recambio la que ahora es su Ministra de Hacienda: Marisu Montero, cuyo bagaje a cargo de la consejería de sanidad y de hacienda andaluzas no puede ser más catastrófico tras el escándalo de las vacunas de la gripe desaparecidas o de las listas de espera quirúrgica adulteradas. Con estos bueyes hay que arar.

A Sánchez no le salpicará en absoluto el escándalo, él pasaba por ahí y ayer su escudero, Ábalos, declaró vergonzosamente que para nada el PSOE había sido juzgado y que el caso de los EREs no había beneficiado a su partido. La sentencia únicamente afectaba a cuatro amiguetes que por lo visto no eran ni socialistas. Eran misioneros combonianos.

Tras el robo del oro del Banco de España en la Guerra Civil por parte de los socialistas Indalecio Prieto y Juan Negrín, tras los gobiernos corruptos de Felipe González y tras la sentencia de los EREs, se puede afirmar, como dijo Santiago Abascal en Vistalegre, que la historia criminal del PSOE es una realidad. Sin embargo, la derecha actual no ha levantado la voz y guarda un pavoroso silencio. Nada sabemos del líder de la Oposición, Pablo Casado, desde el domingo electoral.

Esperemos que la Derecha política despierte y reaccione ante esta gravísima situación, pues a puertas de que se consume el primer Gobierno comunista-separatista de la Democracia, no podemos permitirnos más silencio por parte de los que defendemos la Constitución ante los atropellos y tropelías del Corrupsoe. Ya está bien.

Javier Lindo Paredes