Uno de los eslóganes básicos del pensamiento
liberal es que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos.
Nadie mejor que uno mismo sabe en qué gastar su dinero.
Por el contrario, el paternalismo e
intervencionismo de la socialdemocracia tiende a prolongar los tentáculos del
Estado o de lo público hasta ámbitos de nuestra vida privada. Es decir, el
gobierno sabe mejor que tú en qué debe gastarse el parné y por tanto los
impuestos crecen y crecen sin medida para sufragar los costes de lo público.
Esta mañana en el Pleno de Aranjuez hemos
escuchado mensajes sensatos y disparatados, han volado muchos trastos de
bancada a bancada, reproches y más reproches, pero pocas soluciones que nos
salgan baratas.
Según el PSOE, debemos apechugar los
contribuyentes con los desmanes de otras épocas socialistas donde se gastaban
auténticas fortunas en obras innecesarias, en festejos y en estudios y más
estudios. A los concejales socialistas, como al Quijote, de tanto leer y poco dormir se les secó el cerebro.
Decía el otro día en mi Facebook que yo votaría
en contra de la subida de impuestos y tasas planteados por el PSOE. Así ha sido.
Los impuestos no son el maná, pan divino enviado por Dios desde el cielo, sino
los ahorros de personas que trabajan todos los días y que pagan una
contribución a cambio de recibir servicios esenciales por parte del
Ayuntamiento de su ciudad. Aquí está el quid de la cuestión: ¿recibimos los
servicios adecuados por lo que pagamos en Aranjuez? ¿Son más de los necesarios?.
Una solución liberal a esta ruina caracolera
que nos asuela es ingresar siempre un euro más del que se gasta. Todo se limita
al equilibrio presupuestario. Al sentido común.
El mismo sentido común que aplican las
familias al hacer la compra semanal, el mismo que un obrero se plantea cuando
tiene que elegir su nuevo coche o elige entre unas vacaciones de una semana o
de un mes.
El Ayuntamiento de Aranjuez, en época
socialista, siempre ha pecado de poco austero y de gastar más de lo que ingresaba.
Ellos no han cambiado, pero las circunstancias sí. El Estado Central ya no permite
dejar pufos millonarios ni descuadres presupuestarios como antes de la llegada
del gobierno Rajoy.
Debemos revisar por tanto los servicios que
el Ayuntamiento ofrece al ciudadano y valorar si deben ser sufragados por
dinero público o son gastos que los receptores tendrían que pagar de sus propios
bolsillos. Quizás como solución transitoria hasta salir de este agujero, pero
siempre debemos tener un plan alternativo al de sangrar al contribuyente para
mantener un tinglado que hace años no se sostiene.
Es necesario tener valentía, practicar la
pedagogía y explicar al ciudadano en qué se va el dinero público y en qué
podemos ahorrar aunque resulte traumático escucharlo. ¿Es de recibo mantener servicios
impropios de la administración local? ¿Qué debe por ley ofrecer un ayuntamiento
de más de 50.000 habitantes como el nuestro? ¿Cómo pretendemos ofrecer más
servicios de la cuenta si los básicos, como limpieza o zonas verdes no se están
prestando como es debido?
Esto dice la Ley Reguladora de las Bases del
Régimen Local:
Los municipios en función de su
población tienen que prestar una serie de servicios. Estos servicios se pueden
prestar por medios propios o en asociación con otros municipios.
Todos los municipios
·
Alumbrado público
·
Cementerio
·
Recogida de residuos
·
Limpieza viaria
·
Abastecimiento domiciliario de agua potable
·
Alcantarillado
·
Acceso a los núcleos de población
·
Pavimentación de las vías públicas
Municipios
con más de 5.000 habitantes
·
Parque público
·
Biblioteca pública
·
Tratamiento de residuos
·
Policía Local.
Municipios
con más de 20.000 habitantes
·
Técnico de Protección Civil y Coordinación de Emergencias o Jefe
de servicio municipal de Emergencias
·
Protección civil (AGRUPACIÓN DE VOLUNTARIOS)
·
Evaluación e información de situaciones de necesidad social y la
atención inmediata a personas en situación o riesgo de exclusión social
·
Prevención y extinción de incendios
·
Instalaciones deportivas de uso público
Municipios
con más de 50.000 habitantes
·
Transporte colectivo urbano de viajeros
·
Protección del medio ambiente
Aranjuez ofrece servicios fuera de este
catálogo que plantea la ley y una de las medidas correctoras de la situación por
el lado del ahorro y no por la parte de los ingresos sería hablar con otras
administraciones, en este caso con la Comunidad de Madrid, para plantearle si
el Ayuntamiento debe ofrecer ciertos servicios a los que no está obligado por
ley y si es posible una reversión de algunos de ellos.
Siento poner el dedo en la llaga, pero... Universidad
Popular, Servicio Médico Municipal, Educación, Centro para la Drogadicción, Fundación
para el Paisaje, Emisora Municipal, etc. son servicios a los que todos tenemos
apego, pero a la hora de elegir entre tener mejor mantenido Aranjuez u
ofrecerlos, habría que pararse a pensar qué beneficia más al bien común, al
máximo de ciudadanos que convivimos en esta ciudad.
Podríamos plantearnos también por qué
Aranjuez tiene una plantilla municipal tan amplia como desequilibrada. El por
qué se han ido engrosando trabajadores a ciertos departamentos mientras otros
quedaban al albur.
Como se ha dicho esta mañana, es increíble
que Aranjuez carezca de un organigrama de personal y dentro de su plantel
municipal no existan personas que gestionen el Turismo o los Transportes o que
solo tengamos 12 jardineros.
Lo que duele, es que la señora Alcaldesa,
haya reconocido a las claras que el dinero que pensaba recaudar con su hachazo
fiscal es el que necesita para pagar la nómina de la plantilla municipal sin
hablar ni un solo instante de la mejora de servicios básicos como limpieza,
parques, alumbrado o pavimentación.
¿Cómo se puede plantear dedicar el 40% del
Plan de Inversiones (PRISMA) al pago de nóminas? ¿No se supone que esas nóminas
se pagan para gestionar precisamente esas inversiones y esos servicios
necesarios?
Casi un 50% de los impuestos municipales se
van en en el capítulo I de personal y ya lo dije en 2012 en un artículo que fue
muy criticado por los sindicatos: "Los ciudadanos de Aranjuez terminarán
pagando un club privado de 300 socios sin recibir nada a cambio", o lo que
es igual, pagando un abono para el Bernabeu sin derecho a entrada, ni siquiera a
los amistosos veraniegos.
Deberíamos sentarnos a hablar de una
verdadera reestructuración municipal, de apostar por la modernización de la
administración basada en las tecnologías y el ahorro de papel. En establecer flujos de datos automáticos o
workflows que ahorren tiempo al ciudadano y al funcionario y que se realicen desde Internet.
Tendríamos que debatir sobre el pliego de la
basura, de por qué no se apuesta por introducir un control de calidad en el
nuevo contrato y rutas inteligentes como en otras ciudades que ahorren costes y
aumenten la eficiencia. O incluso de una recogida menos frecuente si con ello
se ahorran miles de euros. Y también de por qué se ha prorrogado un contrato
onerosísimo para nuestros bolsillos si los concejales socialistas sabían que
iba a caducar en un año. Por cierto, ¿Sabemos si están trabajando en la redacción
del nuevo pliego?
Habría que explicar al ciudadano por qué en
un par de horas, en la representación de El Motín, se esfuma la mitad del
presupuesto anual de la Escuela de Música o por qué nos permitirnos 2 fiestas
anuales como las poblaciones más ricas, incluso trayendo a Amaral, mientras el
Isabel de Farnesio lleva sin aire acondicionado años.
Las fiestas del Motín serán de interés
internacional, pero el desbroce de los barrios o que no haya apagones es de
interés local. Ribereño 100%
Habría que trabajar en otras líneas propias
de ciudades inteligentes (Smart Cities) como Santander o
Málaga donde ahorran
cientos de miles de euros automatizando el riego de parques y zonas verdes con
sensores, controlando el alumbrado público y apostando por la eficiencia en la
climatización de edificios públicos.
Me temo que todas estas medidas, tan
valientes como impopulares, jamás serán tenidas en cuenta por un Equipo de
Gobierno como el actual porque suponen trabajo, innovación y transparencia.
Aunque las tengan en la mente, lo fácil es
subir la presión fiscal y que el común de los mortales pague lo que haga falta
por mantener el chiringuito. Un chiringuito algo más caro que del Georgie Dann.
Son medidas arriesgadas, quizás políticamente
incorrectas y que restan votos, incluso puede que equivocadas, pero nunca lo
sabremos si nadie las aplica.
Después, sólo después de hablar de todas
ellas, de verlas fracasar o de considerarlas insuficientes, entonces, solo
entonces y si falta dinero o la situación sigue siendo tan desesperada como la
actual, podríamos valorar subir los impuestos, aplicar la solución más sencilla
y más socialista: meter la mano en el bolsillo del ciudadano.
Javier Lindo Paredes