La
situación que estamos viviendo en Aranjuez con las piscinas municipales es de
traca.
Sumemos
al ya endémico problema de la piscina de verano del Agustín Marañón y sus
eternas pérdidas, como si de una anunciante de Tena Lady se tratase, la
clausura durante años de la piscina cubierta del mismo polideportivo por una
avería que cuesta un ojo de la cara reparar y la reciente rotura de la piscina de Olivas
debido a la tormenta de verano que se llevó por delante medio Aranjuez.
Echamos
la vista atrás, refrescamos la memoria y nos damos cuenta de que Aranjuez es un
desastre.
Siendo
concejal de deportes la actual Alcaldesa, Cristina Moreno, se clausuró la
piscina del Agustín Marañón. En público se decía que iba a ser algo temporal,
pero lo cierto es que por aquel entonces las arcas públicas no aguantaban los
200.000 euros anuales (y eso que cobraban tasa de la basura) que se llevaba por
delante el mantenimiento de aquel vetusto recinto y el PSOE no tenía demasiadas
intenciones de reabrirla.
Llegó
el PP y el socialismo hizo caballo de batalla de unas fotos de la piscina
cubierta llena de palets, prometiendo en las elecciones municipales que en
cuanto pudieran reabrirían la piscina para goce y disfrute de los vecinos del
Nuevo Aranjuez.
Después
se ha podido leer en entrevistas en medios informativos locales que la
intención de este nuevo gobierno es reconvertir la piscina donde casi todo
Aranjuez hemos aprendido a nadar en una nueva cancha multiusos. De nuevo el
PSOE y su doble discurso salta a la palestra.
Más
sangrante aún es el caso de Las Olivas, un polideportivo construido también en
tiempos de Dionisio y que contravino toda la ideología de la izquierda al
haberse construido con dinero público para después ceder su gestión a una
empresa privada. Ni el mayor de los liberales hubiera soñado con tamaña proeza.
Nació
ya viciado el proyecto y con multitud de tara. La mano de David Marjaliza el
Púnico planeaba sobre unas obras presupuestadas en unos 13 millones de euros
que pasaron a costar 16,5 millones de euros, un 29% más de sobrecoste que no
pasó inadvertido para el Tribunal de Cuentas que hizo gran hincapié en lo
oscuro de ese contrato que cuesta al Ayuntamiento casi medio millón de euros al
año más el consumo de agua, luz y gas. Un negocio en toda regla (para la
empresa adjudicataria) que el Gobierno popular anterior intentó subsanar de
raiz rescindiendo el contrato.
Llegaron
sindicatos y partidos de la oposición hablando del futuro de los trabajadores
de este polideportivo, de que el PP quería cerrar las instalaciones y dejar a
Aranjuez sin piscina en aquel rincón entrañable de Olivas. Eran otros tiempos,
camaradas.
Hoy, a
octubre del 2015, nos enteramos de que la piscina de Olivas no abrirá sus
puertas hasta el verano que viene debido al derrumbe de su cubierta y que los
padres que llevan a natación a sus niños tienen la única alternativa de
utilizar las instalaciones privadas del colegio Litterator si quieren continuar
con esta actividad deportiva.
También
parece ser, según información aparecida en algunos medios de comunicación, de
que planea un ERE sobre los trabajadores de Olivas que pasarán a engrosar las
malas cifras del paro registrado en septiembre en Aranjuez (182 personas más).
Llama
la atención que fueron 195 parados de larga duración los que encontraron
trabajo en el Ayuntamiento de Aranjuez el último año de legislatura popular y
que ahora pierden su empleo 180 personas de una tacada. El proyecto o Marca
Aranjuez que nos vendió Cristina Moreno y su equipo no hablaba de estas cosas.
Tampoco hablaba de recuperar la tasa de la basura, pero bueno.
Imagino
que el PSOE, que ha anunciado que derogará los programas de colaboración social
que servían a mucha gente para sentirse útiles a la sociedad y para aprender un
oficio y que eran tachados de esclavismo encubierto, estarán ya buscando una alternativa
de calidad para que el drama de esas familias en paro sea mitigado de cara a
Navidad.
No se
limitarán, como están haciendo, en externalizar servicios como el Comedor
Social o la Oficina de Turismo. Esto sería un despilfarro que las arcas
municipales no pueden aguantar y una política muy poco progre por su parte.
Volviendo
al tema: Si nadie lo remedia, los 9 trabajadores de Las Olivas también irán a
la calle. ¿Qué más darán 182 que 191 parados? ¿Alguien ha levantado la voz
sobre este asunto? ¿Algún medio, partido o sindicato? ¿No saca CCOO e UGT notas
de prensa como en aquel 2013? ¿Ya no es imprescindible para los líderes de
opinión contar con dos piscinas públicas en Aranjuez? ¿Y al menos con una de
ellas?
Quizás
hablaba de esto Cristina Moreno cuando aseguró que su mayor reto esta
legislatura era volver a bañarse en el Tajo. Sin piscinas, puede que el río sea
nuestra única alternativa.
Parece
ser que a quien Dios se la da, San Pedro se la bendiga y que aquí cada uno va a
lo suyo.
En este
juego político de tasas de basura de quita y pon, de polideportivos cerrados, de
piscinas sin cubiertas y de ribereños en paro se debate Aranjuez bajo el
mandato socialista.
Sin
ideas, sin alternativas, al ralentí, pero cobrando por ello sin rubor alguno.
Alguno
dirá que solo llevan 100 días. Y yo digo muy bajito... ¡pues menos mal!
Javier Lindo Paredes
Concejal del Partido Popular
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