Jamás
una bandera tapó tanta porquería. No me refiero a la ideológica, que también,
sino a la porquería y mugre que llenan las calles y parques de nuestro
Aranjuez.
Cuando
no se tiene nada que ofrecer al ciudadano, se utilizan las fotografías y los
gestos políticos para desviar la atención de lo verdaderamente importante. El
voto de la izquierda está tan dividido, tan desmovilizado en Aranjuez tras casi
un año de desgobierno socialista, que para iniciar la campaña electoral se
necesita vender algo. Lo que sea.
¿Bajada
de impuestos? No.
¿Mejora
de la limpieza urbana? Tampoco.
¿Mantenimiento
de zonas verdes y parques infantiles? Menos.
¿Creación
de empleo y captación de nuevos
proyectos empresariales generadores de riqueza? Ni de lejos.
¿Políticas
sociales y gestión eficaz del Ayuntamiento? ¡Estáis de broma!
Ya
lo adelanté en este mismo espacio: El
PSOE está abonado a la política fachada. Si no son suficientes las
pancartas de la educación pública en el balcón de la Casa de Empleados, si está
muy manida y sobeteada la Defensa del Tajo, si no estamos en fechas del orgullo
gay, si ya no podemos bajar unos metros más la bandera de Europa... ¿Por qué no
utilizar la republicana como envoltorio perfecto de nuestra incompetencia?
Dicho y hecho.
En
abril del 2015 el Pleno Municipal aprobó por unanimidad, también con los votos
a favor del PP, un homenaje a los vecinos ribereños que fueron deportados desde
Francia al Mauthausen nazi. Hasta ahí todo correcto. Descansen en paz aquellos
pobre paisanos que cayeron en las garras del nazismo.
Algunos de los asesinados en el Aranjuez republicano |
No
quiero recordar, porque este es el juego miserable al que nos proponen jugar,
que en Aranjuez hubo caídos de los dos bandos de la Guerra Civil.
Pero
las personas que vivimos en el siglo XXI y no en los años 30 y 40 de la
centuria pasada debemos mirar por los vivos, por nuestras familias, y los políticos,
además, por nuestra ciudad actual.
Fue
en 2014 cuando en Pleno me tocó defender una propuesta traída por el PSOE que insistía
en el frentismo, en la antigua idea de las Dos Españas. Acababa de morir
Adolfo Suárez, verdadero artífice y propulsor junto al Rey Juan Carlos I de la
Transición, que no fue otra cosa que un proceso de cambio de régimen sin que
nos matásemos en el intento unos y otros. Todos entendieron aquello como algo
positivo, excepto ETA, hasta la llegada de Zapatero con su abuelo y su Ley de Memoria
Histórica.
Más nombres sin placa |
Ahora
su discípulo moral, un tal Pablo Iglesias (coincidencia de nombre con el
fundador del PSOE), nos dejó a las claras que en 2016 hay parte de la izquierda
que prefiere vivir en una especie de Regreso al Futuro a la española, un
regreso al Madrid de las checas, de las sacas y de las iglesias incendiadas. La
del Frente Popular de 1931. ¡Sálvese quien pueda!
En vez
de examinar e intentar poner coto a los problemas presentes: paro, corrupción
política, ataques secesionistas, problemas educativos, de sanidad, independencia
del poder judicial, reforma del sistema de pensiones, financiación autonómica...
¡Anda que no hay corte!, prefieren envolverse en la bandera del sectarismo y del
revanchismo político.
Algo
parecido sucedió ayer en Aranjuez con la señora Moreno envuelta en la bandera
republicana. En el mismo lugar donde hordas de milicianos de la República
colgaron desorejado al alcalde Miguel Domenge por haber sido militar y
administrador de Patrimonio, la Alcaldesa de Aranjuez cogió su fusil, pero al
contrario que Johnny en la novela de Dalton Trumbo, el mensaje que lanzó no fue
antibelicista sino todo lo contrario.
Ayer
la señora Moreno cabó una trinchera en plena Plaza de la Constitución (¿qué es
eso?), se puso la boina de miliciana y olvidó en un solo instante que
representa a todo un pueblo, el de Aranjuez, no solo a los nostálgicos
trasnochados de un tiempo que ya no volverá.
De
un plumazo, la Alcaldesa de todos se convirtió en la hooligan de cuatro. Todo
el crédito político que le pudiera quedar tras un año de nula gestión, tirado
por el váter tricolor de la melancolía republicana.
Otros asesinados |
¿Alguien
se imagina qué hubiera pasado si un servidor o alguien de mi partido se
retratara con la bandera del Águila de San Juan? ¿Alguien duda de una avalancha
de ataques e insultos furibundos? ¿Quién sería el primero en pedir la dimisión
inmediata del atrevido y osado facha que la sostuviera?
Yo,
por defender a los caídos de ambos bandos en aquel Pleno de 2014, que los hubo
y muchos, por proclamar que lo mejor era mirar al futuro y no al triste pasado,
fui llamado neo-fascista y otras lindezas. ¿Acaso
aquellos asesinados por el bando republicano no merecen otra placa en el mismo
sitio que los deportados a Mauthausen? ¿No eran hijos del mismo Dios? ¿No
eran ribereños también?¿No eran obreros, comerciantes, campesinos o ganaderos?
¿No tenían padres, hijos o hermanos?
Es
tal la superioridad moral con la que se cree la izquierda y tan grande el
complejo que siente la
derecha en España, que mientras unos pueden erigir
monumentos a delincuentes como Alfon, calificar a asesinos como Otegui de
hombres de paz, asaltar capillas católicas y no dimitir, los otros se callan cuando
se eliminan de las calles españolas nombres de personas que fueron verdaderas
eminencias en su campo, aunque cantasen el Cara al Sol (o sin cantarlo) como Salvador
Dalí, Muñoz Seca, Gómez de la Serna o Calvo Sotelo (sin oportunidad siquiera de
ser franquista porque murió asesinado en el Madrid republicano). Esto es así,
lo diga Agamenón o su porquero.
Y
mientras en Aranjuez, la casa sin barrer. Tras la bandera tricolor que sostiene
Moreno, asoman descarados hierbajos sin podar, baches sin tapar, papeleras sin vaciar
y 5000 parados pidiendo trabajo.
¿Cómo
se atreven a joderle la foto? ¡Fascistas!
Javier Lindo Paredes
Concejal del Partido Popular
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